Alerta en Colombia: Aumento de Secuestros y Crisis de Seguridad en 2025
Colombia enfrenta un preocupante resurgimiento de la inseguridad en 2025
Colombia, que otrora fuera un ejemplo de éxito en seguridad en América Latina, se enfrenta a un alarmante incremento de la violencia y los secuestros. En mayo de 2025, expertos en seguridad destacan un marcado retroceso, impulsado por factores como un acuerdo de paz con las FARC considerado fallido, las secuelas socioeconómicas de la pandemia de COVID-19 y las controversiales políticas de "paz total" del gobierno actual.
El resurgimiento de los secuestros es particularmente inquietante. El reciente rapto de un niño de 11 años en Jamundí, Valle del Cauca, ha conmocionado al país y reavivado el temor de una época oscura en la que el secuestro era un flagelo social. Las cifras oficiales reflejan una tendencia preocupante: después de un declive tras el acuerdo de paz de 2016, los casos de secuestro se han triplicado desde 2019.
Cifras alarmantes de secuestros en 2025
Entre enero y abril de 2025, se han denunciado más de 131 casos de secuestro, la cifra más alta en casi 15 años. Marzo se destaca como el mes con mayor número de incidentes desde 2010, con 62 casos reportados. Si esta tendencia continúa, se proyecta que 2025 cierre con cerca de 400 secuestros.
¿A qué se debe este aumento?
Andrés Preciado, director del área de conflicto y seguridad de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), atribuye este incremento al auge de grupos armados con lógicas militares diferentes a las de las guerrillas de antaño. La disputa por el control territorial es ahora más discreta, pero la competencia entre los grupos armados persiste.
Además del aumento de los secuestros, se ha registrado una oleada de asesinatos selectivos, denominados "Plan Pistola", dirigidos contra agentes de policía y funcionarios de seguridad. Estos actos de terrorismo, junto con los ataques con granadas de mano en Bogotá, profundizan la sensación de inseguridad en la población.
Colombia enfrenta un desafío crucial para recuperar la estabilidad y la seguridad que la caracterizaron en el pasado. La lucha contra los grupos armados, la implementación de políticas efectivas de seguridad y la atención a las causas socioeconómicas de la violencia son fundamentales para revertir esta preocupante tendencia.