Milei evalúa cambios profundos en su equipo de gobierno tras las elecciones. ¿Qué está pasando?
El gobierno de Javier Milei se encuentra en un momento crucial. Tras las elecciones, el presidente ha insinuado una posible reestructuración de su gabinete, generando incertidumbre y especulaciones dentro del oficialismo. Las declaraciones de Guillermo Francos, quien afirmó que "todos los ministros estamos a disposición del Presidente", no hacen más que alimentar los rumores de cambios inminentes.
Las señales de ajuste en el equipo de Milei son claras. La designación de Pablo Quirno en Relaciones Exteriores y el respaldo público a Luis "Toto" Caputo, sugieren una inclinación hacia perfiles técnicos y de confianza. Sin embargo, esta estrategia podría estar generando tensiones internas y un "doble comando" que dificulta la toma de decisiones.
¿Qué dicen desde adentro?
Fuentes internas a la Casa Rosada señalan que el problema no reside únicamente en los nombres elegidos para los ministerios, sino en el esquema de gestión implementado. La falta de claridad en la toma de decisiones y la necesidad de funcionarios con mayor poder de decisión son reclamos recurrentes.
Los cambios confirmados y los posibles reemplazos
Hasta el momento, los cambios seguros son los de Patricia Bullrich y Luis Petri, quienes asumirán sus bancas en el Senado y en Diputados respectivamente. Guillermo Montenegro suena como posible reemplazo de Mariano Cúneo Libarona en Justicia. La danza de nombres continúa, y la incertidumbre se apodera de los pasillos del poder.
- Patricia Bullrich deja Seguridad.
- Luis Petri se va de Defensa.
- Guillermo Montenegro, ¿nuevo ministro de Justicia?
¿Estrategia o crisis interna?
La reestructuración del gabinete de Milei plantea interrogantes sobre el rumbo del gobierno. ¿Se trata de una estrategia para consolidar el poder y afrontar los desafíos que se avecinan, o de una crisis interna que amenaza la estabilidad del oficialismo? Solo el tiempo dirá cuál será el destino del gobierno de Milei y su equipo.
Más allá de los nombres, lo que está en juego es la capacidad del gobierno para construir consensos y llevar adelante las reformas necesarias para el país. La incertidumbre en el gabinete no es el mejor escenario para lograrlo.