Lanús está en la final de la Copa Sudamericana gracias a un héroe inesperado: Rodrigo Castillo. El delantero, de 26 años, cumplió su pronóstico y metió al Granate en la final con un golazo tras un jugadón de Marcelino Moreno, aunque la jugada estuvo marcada por una mano previa polémica. Castillo, formado en Sportivo Rivadavia, tuvo un camino sinuoso, pasando por la reserva de River y Deportivo Madryn antes de consolidarse en Gimnasia y llegar a Lanús.
El Gol de Castillo: Un Sueño Hecho Realidad
El gol de Castillo no solo le dio la victoria a Lanús, sino que también cumplió un sueño personal. El delantero había anticipado su festejo y lo materializó con una definición impecable. Su llegada a Lanús se produjo a cambio de u$s 1.320.000, pero sus goles ya están justificando la inversión.
Un Final Escandaloso
Sin embargo, la alegría por la clasificación se vio empañada por un escandaloso final. Tras el pitazo final, jugadores de Lanús y Universidad de Chile protagonizaron una gresca generalizada. Empujones, insultos y mucha bronca marcaron el cierre del partido. El delantero chileno Leandro Fernández fue uno de los más exaltados, buscando pelea con los jugadores de Lanús.
El arquero de Lanús, Nahuel Losada, también se vio involucrado en los incidentes, tomando del cuello a un jugador chileno. Afortunadamente, la situación no pasó a mayores y la gresca se disipó, pero el temor a sanciones por parte de la CONMEBOL persiste.
Polémica Arbitral y Ánimos Caldeados
El partido ya venía caldeado debido a polémicas arbitrales. Se anularon dos goles, uno por lado, y la mano de Eduardo Salvio en la jugada del gol de Castillo generó controversia. Estos incidentes contribuyeron a encender los ánimos y desencadenaron la batalla campal al final del encuentro.
- Gol clave de Rodrigo Castillo.
- Escándalo y gresca al finalizar el partido.
- Polémica arbitral que encendió los ánimos.
Ahora, Lanús espera rival en la final de la Sudamericana, mientras que la CONMEBOL investigará los incidentes y podría imponer sanciones a ambos equipos. El sueño de la copa sigue vivo, pero el bochornoso final dejó una mancha en la clasificación.