La noticia de la internación de Rocío Marengo, embarazada de 33 semanas, generó preocupación entre sus seguidores. A sus 45 años, la modelo y actriz espera su primer hijo junto al empresario Eduardo Fort. ¿Qué sucedió realmente y cuál es el estado de salud de Rocío y su bebé? Despejamos todas las dudas.
Internación Preventiva en el Sanatorio Otamendi
Marengo fue ingresada al Sanatorio Otamendi de Buenos Aires para realizar reposo absoluto y evitar contracciones prematuras. La decisión fue tomada por los médicos como medida preventiva para asegurar que el bebé no nazca antes de tiempo. Tanto Rocío como Eduardo Fort han transmitido tranquilidad a través de las redes sociales.
El Mensaje de Rocío Marengo a sus Seguidores
A través de una historia en Instagram, Rocío compartió una foto junto a Eduardo Fort, asegurando que ambos se encuentran bien. "Queremos contarles que con pollito –dijo en referencia a su bebé– estamos re bien", escribió. Reconoció que prefirió evitar contar sobre la internación, pero dada la preocupación generalizada, decidió comunicar la situación.
Marengo enfatizó que la internación es principalmente para reposo y control. "Serán unos días más y a casa a ultimar detalles para recibirlo con todo el amor", anticipó, mostrando optimismo y agradecimiento por el apoyo recibido.
Eduardo Fort, un Apoyo Fundamental
Eduardo Fort ha permanecido junto a Rocío en el sanatorio, brindándole apoyo y contención. Según declaraciones de ambos, están "muy ilusionados" y ansiosos por la llegada de su primer hijo. La pareja ha compartido detalles de la internación, destacando la excelente atención médica y las comodidades que les permiten sobrellevar este período con tranquilidad.
¿Qué Sigue Ahora?
Rocío Marengo permanecerá en reposo absoluto durante unos días más, bajo estricto control médico. El objetivo es evitar cualquier complicación y asegurar que el embarazo llegue a término de la mejor manera posible. Sus seguidores esperan ansiosamente su pronta recuperación y el nacimiento de su bebé.
- Reposo absoluto para evitar contracciones.
- Monitoreo constante de la salud de Rocío y el bebé.
- Apoyo incondicional de Eduardo Fort.
- Optimismo y agradecimiento por el cariño recibido.